viernes, marzo 16, 2007

Bendito viernes y bendito horario de conciliación familiar. Hoy toca cortarse el pelo, pero para hacer tiempo entro en la tienda de discos.
¿Alguna oferta? ¿Algo interesante?

¿Dónde puñetas está el último de Wilco? Nada, no lo tienen.
Pero tienen el de los Kaiser Chiefs, y no está mal de precio.
Lo cojo, y sigo mirando.

Hombre! Joy Division, vale, me llevo el Substance. Nada más interesante...

Me voy a ver la sección de dvd. Vaya! el Live in Cuba de Audisolave, y por menos de diez euros!

Buena compra, pienso. La cajera no piensa igual.

Ella no para de hablar por el teléfono.

Mientras, yo espero a que me mire siquiera.
Su conversación no acaba en un plazo razonable de tiempo.
Empiezo a agitar mi mano, a modo de saludo, delante suyo. Pero nada.
¿Qué hago? ¿Me voy? No, quiero esos cds.
Espero hasta que su interlocutor decide acabar con mi espera. Le doy los cds, el dvd y mi tarjeta. Ni una palabra. Me cobra. Me voy.

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